En su último artículo para The Legal Intelligencer, «The Grand Bargain Becomes the Grand Betrayal», el socio gerente Sam Pond y la abogada Maureen «Morty» Cassidy explican la historia de la Ley de Compensación de Trabajadores de Pensilvania y su continua erosión. El Gran Acuerdo, uno de los mayores compromisos políticos de la historia, cambiaba el derecho constitucional de un trabajador lesionado a demandar a su empleador por la garantía de prestaciones de compensación laboral para cubrir los salarios perdidos y el tratamiento médico. Hoy en día, esa certeza y los fundamentos humanitarios de la propia Ley son objeto de constantes ataques en toda América.
«Los cambios en la política están dificultando que los trabajadores reciban las prestaciones que merecen. Todos hemos renunciado a nuestro derecho a demandar a nuestro empleador en caso de lesión o muerte, pero no ha hecho nada más seguro», explican Sam y Morty. «Se hizo un intercambio, se hizo un trato y hay que mantenerlo o abandonarlo por completo, pero no se puede permitir una farsa y una cáscara de sistema».
Explican con detalle cómo una larga serie de supuestas «reformas» de la Ley de Compensación de los Trabajadores de Pensilvania, la más reciente representada por el proyecto de ley 18 de la Cámara de Representantes, pretende eliminar los derechos de los trabajadores lesionados y negarles una atención médica adecuada, convirtiendo el Gran Acuerdo en una Gran Traición.
«No podríamos estar más lejos de la certeza a la luz del panorama que tenemos por delante y de las batallas que los trabajadores lesionados libran cada día», concluyen Sam y Morty. «Como defensores de nuestros clientes, tenemos que seguir luchando contra las violaciones constitucionales y las desigualdades a las que nos enfrentamos».
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